Cada día somos más conscientes del impacto que el hombre está teniendo sobre el planeta; y es que, si no empezamos a cuidarlo desde ya mismo, las consecuencias para futuras generaciones puede ser devastadora.
Poco a poco vamos tomando consciencia, aunque el camino todavía es largo para que pueda haber algún cambio definitivo y es que hasta el más mínimo detalle podría cambiar las cosas.
Por ejemplo, una de las medidas que se está llevando a cabo es sustituir el césped natural por el césped artificial.
Lo primero en lo que podemos llegar a pensar es en que esto es un error, porque, al fin y al cabo, el césped natural debería de contaminar menor que el artificial ¿no? Vamos a analizar este tema detenidamente.
En términos ecológicos… ¿Qué contamina menos, el césped natural, o el césped artificial?
Los primeros tipos de césped artificial que se lanzaban al mercado se confeccionaban con un tipo de material que no era demasiado respetuoso con la atmósfera. A nivel de ecología, tenían el problema de que estos materiales lanzaban una cierta emisión de elementos tóxicos que no contribuía a conseguir un planeta que pudiéramos considerar como de sostenible.
Afortunadamente, gracias a los últimos avances en cuanto a tecnología, esto ha cambiado. Ahora podemos comprar césped artificial con la seguridad de que han sido fabricados con materiales plenamente respetuosos, tanto con nuestra salud, como con la integridad del medio ambiente.
¿Quiere decir esto que durante la fabricación del césped artificial no se emite ningún elemento tóxico a la atmósfera? No, pero sí que es verdad que la cantidad es tan reducida que pasa prácticamente desapercibida.
Hasta este punto, podemos llegar a pensar que el césped natural es la mejor opción, pero vamos a demostrarte que esto no es así.
¿Sabías qué cantidad de agua se necesita para mantener el césped natural de un estadio de fútbol? Pues se calcula que gastaremos más de 2000 litros por cada metro cuadrado de forma anual. Es decir, que los estadios deportivos, o los campos de golf, están agotando de forma significativa las reservas de agua del planeta. Y es que el agua, a diferencia del sol, no es un recurso renovable, si no potencialmente renovable; esto quiere decir, a diferencia de que lo que podamos crear, que las reservas de agua dulce son mucho más escasas de lo que se piensa y que, quizá con el paso de mucho tiempo, podamos tener problemas de escasez muy importantes.
Por otra parte, para mantener el césped natural se necesita de ciertos elementos tóxicos como pesticidas, además de mucha energía, lo que hará que se conviertan en un lugar desde el que se producirán muchas emisiones tóxicas al medio ambiente.
Es decir, que en ecología, son mucho menos perjudiciales aquellos lugares que tienen césped artificial, que los que tienen césped natural.
Afortunadamente nos estamos dando cuenta de ello, y estamos cambiando las cosas paulatinamente.